Hay lugares que te llaman de manera clara y manifiesta pero otros lugares… otros lugares te susurran, te llaman en sueños, se dejan ver en imágenes de pocos segundos, en palabras oídas al azar, en comentarios o mensajes oidos ” por causalidad “, …. eso me pasó a mí con Brocelandia.
Durante años había oido hablar de sus bosques, de Merlin, de los círculos de piedras, de los seres que habitan sus lagos y estanques…; en todo ese tiempo nunca uní los puntos que me marcaban el camino hasta que, hace ya casi tres años, volviendo de celebrar Beltane en Avalon, oí hablar del viaje a Brocelandia y algo se despertó en mí y el destino, de repente, se hizo claro: ¡tenía que ir sin falta! ( algo irónico después de tantos años…), pero cuando el corazón despierta entra en ansia por lo que anhela.
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