IRLANDA, EL TREBOL DEL CORAZÓN

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Cuando el verano pasado Viajes Sagrados me dio la oportunidad de ir a Irlanda y acepté, no era consciente, ni en lo más remoto, de la puerta que se iba a abrir en mi vida.

Irlanda, con sus bellos paisajes y sus maravillosas gentes, nunca había llamado mi atención. Era un lugar que por su maravillosa naturaleza, pensaba,  sería bonito poder recorrer, pero que  no despertaba en mí esa sensación de “ahogo” y presión en el corazón que me  suelen  provocar otros lugares mágicos al pensar en ellos, lugares como Avalon, Escocia o el sur de Francia.

Ahora sé que mi alma, que es más lista que yo, estaba jugando conmigo. Que estaba evitando que esa conexión se produjera a priori, que lo que realmente deseaba era pisar esas verdes colinas con la inocencia del que no sabe dónde está, con la tranquilidad del que va sólo a  “dar un paseo”, porque así es como descubrí el verdadero poder de Irlanda y la fuerza de su magia ancestral, sin esperarlo, sin pensarlo,  ¡por sorpresa!.

Cuando tu camino te lleva a visitar un lugar sagrado, y te preparas para el viaje, siempre hay señales, algo de nervios, sueños, sensaciones…. ese tipo de cosas que te van mostrando como se está formando la energía del viaje. Esta vez no hubo nada parecido, y es la primera vez que me pasa. Por una parte me sentía extraña, pues cada día esperaba sentir algo de lo habitual, pero por otra, estaba muy tranquila pues lo único que encontraba en mi interior era paz, esa paz que te da la seguridad de que todo está bien.

Fue justo en el momento en el que el avión tomó tierra en Dublín, cuando toda la energía del viaje se accionó y pude sentir como si de pronto, millones de hilos energéticos que habían estado esperando a unirse, lo hicieran cosiendo una preciosa red que unía al grupo y lo llevaba sin remedio por un viaje iniciático como pocos.

El viaje comenzó y día a día, con cada paso que dábamos en la mullida tierra irlandesa, íbamos profundizando más en su historia, en sus leyendas, en sus secretos. Con cada ritual que realizábamos íbamos conectando más con ese poder que tiene la Isla Esmeralda, y que tan bien sabe esconder a los corazones profanos. Y sin darnos cuenta, entre risas y algún llanto emotivo arrancado por las cuerdas de un arpa, nos íbamos impregnando de su magia y permitiendo que su energía obrara en nosotros los cambios que cada uno necesitaba.

Irlanda puso su semilla en mi corazón, abrió las puertas de una nueva vida para mí. Hace meses que volvimos y aún la siento en mi interior, su magia, su poder y su fuerza han despertado mi propia magia, poder y fuerza reconectándome con mi verdadera esencia.

Fue un viaje inolvidable con personas increíbles por el que estaré eternamente agradecida. Agradecida a Viajes Sagrados, por permitir que fuera. Agradecida a las maravillosas personas con las que tuve el placer de compartirlo, por todo lo vivido junto a vosotros. Y agradecida a Irlanda, porque su energía me recorrió hasta llegar al corazón y aún sigue ahí llenándome de plenitud.

GRACIAS!!!

Ana Belén Domingo.