PARIS, LA CIUDAD DE LA LUZ
La ciudad, con sus prisas, sus calles, sus gentes. Sus olores, colores, sonidos…
Quizás el barullo de Paris sea como el de cualquier otra ciudad, pero quien hacia aquí se encamina ha sido imantado por el aura de romanticismo, de luz, que esta ciudad desprende.
“Ciudad de la luz” o “Ciudad del Amor”, son sobrenombres con los que se conoce a esta bella ciudad. Sus calles, sus edificios, sus bulevares, nos transportan a otra época, nos aproximan al pasado en un presente donde la ciudad centellea..Emitiendo un sentir a todo el que por sus plazas deambula.
Caer bajo su embrujo es fácil, la ciudad categorizada como la mas romántica del mundo, donde sus habitantes hablan del Amor en cualquier esquina, es el arquetipo que esta ciudad presenta. No es oro todo lo que reluce, quiero decir que no todo francés es romántico…pero nuestro inconsciente tiene impreso una sensación de Paris, encaminémonos a este lugar y sintamos al caminar, el corazón del lugar, latiendo bajo nuestros pies.
El nombre de Paris se debe al pueblo galo que lo habitó, los Parisi. El historiador Jacques-Antoine Dulaure (siloXVIII-XIX) indicó que tenía relación con la Diosa Isis. Isis, la Diosa del amor, la gran maga, oculta bajo el mismo nombre de la ciudad nos abre las puertas y emana su energía de magnánima en cada rincón. Isis se oculta también entre otras imágenes, bajo distintas nomenclaturas, con las que la Gran Diosa se ha ocultado, pero siempre tras una misma Energía.
Notre-dame, sería una de estas imágenes, nuestra señora, la advocación característica de muchas de las iglesias de Francia. Un culto tras una energía femenina, lo curioso es que muchas Notre-dame son vírgenes negras que nos vuelve a recordar el culto a Isis con su tez oscura, a las antiguas diosas fertilidad, a la mismísima GAIA.
Le feminidad, el romanticismo, el amor, envuelve Paris… incluyendo su propio escudo.
Al observar el escudo de París, no podemos sino que darnos cuenta de los muchos elementos femeninos que en si contiene. Las aguas del mar, las aguas primigenias femeninas. El barco, aunque hace referencia a la fraternidad de los nautas, está dibujado en forma de media luna, con un color plateado. (ver enhttp://commons.wikimedia.org/wiki/File:Grandes_armes_de_la_ville_de_Paris.svg)
La luna, la psique, lo húmedo, lo pasivo, lo femenino..
La vela con forma de triangulo invertido, simbolizando la receptividad, el vaso, la copa, lo femenino. La Flor de Lis, símbolo de la realeza francesa, estaba esculpida en la entrada del templo de la Diosa Ishtar, donde se piensa que era su primera representación.
Siguiendo con algunos símbolos, vemos la torre mural que indica en heráldica que es una ciudad, las ramas laterales del laurel y el roble y las medallas otorgadas a la ciudad en las guerras mundiales.
Nos sorprende mas el blasón de Paris, otorgado por napoleón, donde el barco va coronado por la Diosa Isis, y las abejas como símbolo de servicio. (en culturas antiguas de servicio a la reina y a la Diosa).
El embrujo de Egipto sobre Napoleón fue tan potente que incluyó en el blasón un símbolo del mismo. Una relación que desde los orígenes nos lleva a esta maravillosa Diosa.
El emblema del escudo actual, «Fluctuat nec mergitur», significa “Navega, sin ser nunca sumergido“. Navegar…por el río Sena.
El Sena, un río que fluye en medio de la ciudad, el causante de su origen, de su elección como lugar estratégico, y que seguramente guió a los galos, celtas, a ubicar en uno de sus meandros este lugar.
El fluir…este es un aspecto a integrar en nosotros, fluyamos con la ciudad, que nos guíe en los distintos aspectos, para descubrir sus secretos y desvelar así los nuestros.
El lugar elegido para esta ciudad, no era un lugar cualquiera. Como sabemos los celtas galos no construían sus templos o sus asentamientos en cualquier lugar. Elegían el lugar con una determinada energía, en este caso en Paris muchos sitúan un antiguo menhir, el lugar fue marcado por su energía desde antiguo, este menhir sería conocido como el pilón de los nautas.
Así que en un lugar marcado desde antiguo, donde la tierra emanaba una energía determinada, donde el buscador espiritual podía acceder a reinos superiores es el lugar donde se inicio Paris.
Los galos señalarían el lugar con un templo pagano, que fue sustituido por un templo a Júpiter en tiempo romano, sonde luego se situaría una de las primeras iglesias de Paris y que terminaría siendo la maravillosa Notre-dame de Paris.
La energía femenina latirá en la ciudad bulliciosa, a veces, escondida tras las prisas de los transeúntes, la multitud de turistas deambulando por los cafés y la gran antena proyectada como gran emblema de la ciudad (que a mi me parece el gran símbolo masculino de la ciudad), pero en todos los lugares seguirá latiendo y si el viajero se detiene un momento y escucha a su corazón, podrá sentirla.
Al encaminarnos hacia Notredame, un gran atractivo en nuestro peregrinar, hallaremos símbolos herméticos. Grabaciones en piedra de antiguos alquimistas, donde el que tenga ojos para ver que vea, que entienda y llene su ser de gran conocimiento.
La historia de Paris nos muestra como la ciudad atrajo al temple, donde más de 130 hectáreas eran propiedad de la orden. Aquí apresaron al último maestre cuando la orden fue disuelta.
El temple que también buscó la piedra filosofal y que ocultaba más de un secreto, dejo muchos ocultos, ante nuestros propios ojos en Paris. Emblemas masónicos, sociedades ocultas, ciencia, magia…todo iluminado con la luz, de la noche o del día.
La ciudad de la luz, alumbra nuestro viaje. Aunque el sobrenombre está relacionado con la temprana iluminación de sus calles, pronto nos daremos cuenta que Paris ilumina al mundo como centro de arte y conocimiento. Dando luz a nuestro caminar, nos dejamos embriagar… estamos bajo su embrujo.
© Susana Ortega