El poder del Miedo
El poder del Miedo,
El miedo es rentable; tanto para quien lo provoca como para quien lo siente. ¿no lo crees así? con este articulo reflexionaras sobre ello.
¿Cómo funciona el Miedo?
El miedo junto al instinto de reproducción y el de la protección del territorio, son sentimientos primarios del ser humano gestionados por el sistema límbico del cerebro, concretamente por la amígdala cerebral. En este lugar se registra la información instantáneamente. Aquí, todas las percepciones y reacciones corporales son grabadas para garantizar la supervivencia. No solo están grabados nuestros datos sino también los datos producidos por el inconsciente colectivo.
Ante cualquier situación que active este sistema, la amígdala no analiza escrupulosamente cada detalle de lo que sucede, simplemente actúa con la información primaria recopilada; busca similitudes de situaciones pasadas y actúa automáticamente con lo que cree más factible. Sin embargo, como toda reacción casi-automática, provoca una actuación que suele ser excesiva y no siempre acertada o eficaz.
Este mecanismo primitivo es necesario en el ser humano, de ello depende nuestra supervivencia. No siempre es posible sentarse a reflexionar y valorar todos los datos para adecuar la reacción a la realidad. En algunas situaciones, simplemente no tenemos todos los datos. Este sistema primitivo es fácilmente manipulable. Introducir un paramento de miedo, poder o placer ante cualquier situación en la vida, provoca una respuesta automática garantizada.
Ahora ya sabes porque puede interesar tu miedo; tu miedo alimenta el poder y la respuesta automática puede ser inducida, según el miedo que se haya producido.
Por este motivo, es muy importante activar o incorporar dentro del banco de datos primario del cerebro una serie de actuaciones que le ayuden en la gestión del miedo y minimicen cualquier intento de manipulación externa.
La fuerza transformadora del Miedo
Tener sentimientos es saludable. Sentir los sentimientos primarios también. Estar alineado y centrado no implica alienarse de los sentimientos. El miedo alerta y protege; el miedo constante ya no es tan saludable. Sin embargo, introducir ciertos parámetros ayuda ,no solo a gestionar la situación vivida bajo el miedo, sino que provoca que la experiencia se convierta en un dato de la base de datos primaria del cerebro para posteriores crisis.
La absorción del miedo ajeno
Es primordial distinguir si el miedo sentido tiene alguna base, si éste es irracional o si es producto de la absorción del miedo del entorno. Este último caso se produce en personas muy sensibles, tipo esponja. Si este es tu caso, habrás de trabajar para que tus canales de absorción estén bien dirigidos. Aislarse no es la mejor opción, porque recoger cierta información del entorno sin intoxicarte con ella te ayuda en en otra multitud de situaciones. Para no quedarse con sentimientos ajenos funciona muy bien estar tiempo bajo la ducha, bañarse en el mar o en un rio, o simplemente caminar en la naturaleza.
El poder del miedo como fuerza transformadora.
Los momentos críticos vitales son, en realidad, momentos iniciáticos. La cantidad de energía bien encauzada provoca la posibilidad de sacar rédito al sentimiento, ya sea por un aprendizaje para cuando una situación similar se vuelva a dar, como el simple aprendizaje para la propia evolución.
Como aprender de cada sentimiento, incluso del miedo.
Acepta lo que sientes. La negación implica que no podrás enfrentarte a ello, y su bloqueo encontrara una salida más incomoda del sentimiento inicial, como parte del sistema primario que es. Has de ser un aliad@ de la amigdala cerebral y ayudarla en la obtención de los datos básicos para optimizar el procesamiento de las situaciones automáticas.
Si tu miedo es irracional, profundiza en la información y enfréntalo si fuera necesario con un profesional.
Si tu miedo es generado externamente o internamente habrás que reconocer si este miedo es fundado o no. Ya sea tu miedo fundado o no no lo sea, la rueda que provoca puede arrollarte de igual manera.
Justo este año nos estamos enfrentamos al Covid-19 o coronavirus. Dilucidar el porqué esta aquí, no es el fin de este artículo. Mi objetivo es incitarte a reflexionar sobre el miedo y ayudarte a estar en calma si su semilla se ha instalado en ti.
¿Qué puedes hacer?
Infórmate de lo que sucede de fuentes fiables, evita los medios sensacionalistas e intenta ser racional ante lo que se muestra. Ser disidente con el “status quo” no es malo (en muchos casos incluso es saludable), ser inconsciente sí.
Mantén tu rutina diaria al máximo, recuerda que el coronavirus es un virus de la familia de la gripe y la mejor manera de prevenir su expansión es con buenos hábitos de higiene tanto de manos como respiratorios, Muestra a tu amígdala que esta en tu mano no expandir ni el virus, ni el miedo.
Cuídate, cuida tanto a tu cuerpo como tu espíritu. Cuida de tu sueño, de tu dieta y mantén tus practicas físicas (ejercicio) y espirituales (meditación, yoga…). Estas prácticas ayudan a estar centrad@ ante cualquier inconveniente que pueda presentarse.
Aprovecha para interiorizar y reflexionar sobre cuantas veces te has enfrentado a la adversidad y como la has superado. Esto activará en tu cerebro el recordatorio de que es posible superar cualquier adversidad y a a encontrar la forma de cómo hacerlo.
Ya sabes que cualquier crisis te da una oportunidad de aprender, reinventarte y evolucionar. La seguridad no es inherente al mundo que vivimos aunque el ser humano siempre la esté buscando.
Y tú, ¿como gestionas el miedo?
Con Amor e incitando a permanecer y actuar desde el corazón,
© Susana Ortega
Como panacea a nuestros problemas buscamos continuamente un equilibro. Esta búsqueda de un equilibrio estático es engañosa, porque en este planeta Tierra de dualidad, movimiento y cambios, el equilibrio está más relacionado con el ritmo y la homeostasis* que con algo fijo y permanente.