El mito de la creación -segun leyendas polinesias-
En el principio sólo existía la oscuridad, el infinito sin forma alguna, la nada. Un gran vacío y dentro de él surgió un pensamiento, una inteligencia que se acercaba a través de eones de oscuridad a través de la inmensidad del tiempo y el espacio.
Y en esa oscuridad se creó el vientre de la Madre Tierra, a quien los antiguos conocían como Papa. La luz fue creada, la luz del cielo, el Padre Wakea. Ësta luz masculina abrazó penetrando la oscuridad femenina y de esta unión de opuestos se creó un universo de contrarios.
Así el Universo se dio forma y vida. Porque sólo en el matrimonio de la luz y la oscuridad puede existir la forma. Y sólo con la luz del sol puede haber vida y el crecimiento de los seres vivos, todo debe ser engendrado por la luz y criado a en la oscuridad del vientre, el huevo o la tierra.
Los grandes dioses nacieron. Kane el creador fue el primogénito, y por ser el mayor reinó sobre todos los demás. Entre ellos Kanaloa del Océano, Ku, quien de diversas maneras fue era patrona de los trabajos masculinos y Lono, patrón de la agricultura y la sanación. Estos fueron los antepasados masculinos de toda la vida, fuentes de todo poder.
Cuando estos dioses llegaron a la tierra de Hawaii hubo una gran turbulencia de tormentas y torbellinos, Con grandes llamas y grandes rayos y truenos. Cuando sus ojos brillaron sobre la tierra de Hawaii, la tierra tembló, en el mismo momento que pisaban su tierra.
También nació el espíritu supremo femenino, la diosa conocida como Hina en algunos leyendas, o como Haumea en otras, patrona de la fertilidad y de los trabajos femeninos, la madre de dioses menores, y como La’ila’I, madre de la humanidad.
Así, los grandes dioses fueron los antepasados de los pueblos y todas las otras formas de vida. Y de esta manera las personas se relacionan con todos los demás seres vivos.
Traducción libre de Susana Ortega del texto original de Herb Kawainui Kane
Un poquito mas…
Pele nació en Haumea en la antigua tierra primordial. Ella no llegó a Hawaii hasta mucho tiempo después que los grandes Dioses llegaran. Algunos cuentan que ella anhelaba viajar, otros que fue conducida por un diluvio, también se comenta que fue expulsada por su hermana pequeña por seducir a su marido. Una diosa de mar y de las aguas siguió a Pele en la búsqueda de su hogar.
Desde la tierra primordial partió y en las tierras de Hawaii encontró todo aquello que anhelaba, la energía del lugar era la que de su tierra ancestral recordaba. Allí encontró amor, aventura y esperanza. Por eso cuando uno aterriza en Hawaii siente lo mismo que la Diosa Pelé, el retorno al inicio de todo. Uno siente que esta en casa.